El exprenismo resalta como el centro de sus preocupaciones: el alma humana, basándose en una estética concreta de deformación expresiva debido al estado emocional del artista. Por consiguiente es el noruego Edvard Munch el padre del expresionismo, y su obra El grito (soledad, dolor, tristeza y amargura) la definición más concreta del movimiento, aunque sus antecedentes se remonten al propio Vincent Van Gogh. La temática de este estilo no le da relevancia a la sensibilidad de los colores o a la armonía de sus mezclas, sino al planteamiento de los conflictos íntimos y privados de las personas, siendo aquellos que poseen un significado angustioso y desgarrador los que prevalezcan. El expresionismo se presenta de esta manera, como el exponente más claro de la angustia contemporánea. Sin embargo no es la realidad el criterio seguido por esta corriente, ya que la exageran, culminando en sarcasmo y desesperación. Su realidad está basada en la experiencia emocional y espiritual, por encima de una comprensión analítica. Los pintores intentan hallar la imagen que el objeto deja en ellos y seguir las deformaciones que el inconsciente introduce. Elementos característicos de este movimiento son la utilización de colores discordantes, la deformación de los objetos para aumentar la expresión y el uso de líneas en zigzag. Considerado no sólo como un vanguardia artística, configura un amplio espectro en la literatura, el cine o la moda; se aglutinó en Berlín a partir de 1910 en torno a la sala Der Sturm y la revista de homónimo nombre, y entre 1905 y 1933, se pueden mencionar como relevantes, en Alemania los grupos Die Brücke (El puente) y Der Blaue Reiter (El jinete azul); así como en Austria y de manera individual, Oskar Kokoschka y Egon Schiele, además de en la Alemania de posguerra, Neue Sachlichkeit (La nueva objetividad).
Die Brücke (El puente).
Fundado en 1905 en Dresde por cuatro estudiantes de arquitectura: Ernst Ludwin Kirchner, Fritz Bleyl, Erich Heckel y Karl Schmidt Rottluff, a los que se unen en 1906 Max Pechstein y Emil Nolde, y en 1910, Otto Müller. En un principio no perseguían finalidades prácticas, sino que buscaban el conocimiento del oficio al margen de los academicismos. Su intención es formar un frente de oposición al impresionismo y cubismo, uniendo el arte y la vida en contra de la sociedad burguesa. Imponen condiciones de trabajo en común y se obligan a exponer en grupo. Estilísticamente tienen influencias de Paul Gauguin y Vincent Van Gogh en el color, de Edvard Munch en el simbolismo, de Paul Cézanne en los paisajes, y de las artes de Oceanía y África en las formas. Utilizaban el tema del cuadro para comunicar sus sentimientos intensos y no dudaban en deformarlo hasta conseguir el efecto buscado. Sus pinturas, pese a huir de influencias, se parecían a las obras de los cubistas en el hecho de tener muy poca perspectiva o fondo. A lo largo de su existencia como grupo, trabajaron la pintura, la litografía o la talla en madera. A partir de la exposición de 1907, en la salas de Ritcher, programan una serie de exposiciones itinerantes para darse a conocer. Poseen un estilo común basado en los colores estridentes y las deformaciones, en una temática donde eran frecuentes los paisajes, desnudos, retratos o las escenas cotidianas. La publicación en 1913, por parte de Kirchner de la Crónica de Die Brücke sin autorización colectiva, supuso junto con otros factores su disolución.
Der Blaue Reiter (El jinete azul).
En Munich durante 1911, Wassily Kandinsky y Franz Marc fundan el grupo del Jinete azul. El nombre proviene de una conversación entre los dos miembros originales, debido a su predilección por el azul y el simbolismo de dicho color. La composición del grupo fue heterogénea; formado por los rusos Kandinsky y Jawlensky, los alemanes Marc y Macke y el austriaco Kubin. Como colectivo tienen claros sus objetivos, los une la aspiración de hacer visible, no la experiencia del mundo natural, sino la experiencia interior y la vida espiritual que la sociedad contemporánea tendía a silenciar, pero dejan libertad total a sus componentes, de ahí las diferencias existentes en sus obras. El grupo reivindica la automía del arte, y ser capaces de establecer unas bases que sean comunes para todas las artes. Combaten el clasicismo con las formas y suprimen la separación entre el arte popular y el académico (Influidos por las estéticas rusas). Se orientan a coordinar y apoyar toda clase de corrientes y estilos que se encaminen hacia la libertad, la espiritualidad y la autonomía de la forma y el color. Su modelo es la música, el arte más abstracto y el que menos referencia toma del exterior. En 1913, se produce su disolución.
Austria. El Grupo Vienés.
Dentro del Imperio Austro-Húngaro, en 1898 se produjo en Viena una ruptura más del arte convencional. Fue dirigida por Gustav Klimt, reconocida con el nombre de la Sezession (La secesión de Viena), y tuvo como medio de disfusión la revista Ver Sacrum. Su objetivo era lograr la integración del arte con la vida, producir arte que significara algo para todo el mundo, y que no estuviera basado en ideas antigüas y repetidas. Klimt como fundador de la asociación y la revista, decide separarse del movimiento en 1905, con una obra ya cargada de simbolismo. Mientras, se mantenía que la lujosa ornamentación de sus cuadros chocaba frontalmente con su objetivo de un arte para todos. Por otro lado, la idea de que la pintura debía mostrar la verdad fue llevada a cabo por Oskar Kokoschka y Egon Schiele, que pueden ser considerados como los pintores más relevantes del expresionismo vienés.
Neue Sachlichkeit (Nueva objetividad).
En los años veinte, acabada la Primera Guerra Mundial, la situación alemana da para otro movimiento de carácter expresionista que recupera la figuración y el compromiso político. Georges Grosz, Max Beckmann y Otto Dix, fueron sus representantes más destacados, los cuales retoman el contexto urbano para denunciar las consecuencias del militarismo, la represión política y la deshumanización en aumento de la sociedad alemana. Con la subida de Hitler al poder, esta critica fue perseguida y señalada como arte degenerativo, además de ser considerados sus miembros como traidores de la causa alemana.
Expresionismo más allá de Alemania.
En Francia destacan entre otros los pintores Georges Rouault y Marcel Gromaire; los belgas James Ensor o Servaes; los representantes de la denominada "Escuela de París" Chaim Soutine y Amedeo Modigliani; los españoles Pablo Picasso (en su etapa expresionista), José Gutiérrez Solana y Rafael Zabaleta; y los americanos Diego Rivera, José Clemente Orozco y Edward Hopper, entre otros.
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